Año del deterioro ambiental
Por Rafael Salgado
Suena paradójico que este año haya sido denominado como “Año de la Promoción de la Industria Responsable y del Compromiso Climático”, cuando en los primeros meses del mismo se intenta eliminar los Estudios de Impacto Ambiental (EIA) como requisito para realizar la exploración de hidrocarburos, como vía para fomentar la inversión privada.
El EIA y otros instrumentos de gestión ambiental buscan preservar el equilibrio ambiental, que es la base para lograr una calidad de vida digna para toda la población, y su eliminación entra en contradicción con el supuesto compromiso climático que se establece en el nombre del año.
La propuesta de eliminar los EIA no es la primera que se intenta aprobar para poder fomentar la inversión privada en el país (1). El debate generado a partir de las declaraciones del ministro de energía y minas (2) nos permiten hacer algunas reflexiones que pueden proporcionar más elementos para entender la complejidad de las consecuencias de aprobarse disposiciones como esta.
La discusión que sobrevino a las declaraciones del ministro Mayorga ha posicionado dos aspectos por los cuales es altamente negativo aprobar la eliminación de los EIA. Por un lado, porque afecta directamente el derecho de los pueblos y comunidades que viven en las zonas de exploración y explotación de hidrocarburos al negarle la posibilidad de decidir sobre sus territorios, teniendo para ello toda la información necesaria. De otro lado, porque anula el principio de prevención al disminuir las evaluaciones necesarias – como por ejemplo, el EIA – para poder determinar los impactos negativos que generará la exploración y podamos encauzar acciones para mitigarlos.
Estos dos aspectos que se han resaltado en el debate son muy importantes. Sin embargo, otros aspectos se dejan de lado y me parece que es importante sugerirlos y articularlos con lo que ya se viene visualizando.
En primer lugar, la razón que se aduce para poder llevar a cabo estas medidas, como la eliminación del EIA, se justifican en virtud de que vigorizaría la inversión privada en el país y eso potenciaría nuestra economía. Con esa base a esto, todas y todos los peruanos podríamos esperar tranquilamente el ‘chorreo’ económico (3), entendiéndose que podríamos acceder a mejor alimentación, salud, educación y trabajo. Estos argumentos no son nuevos y es el más mentado cuando de lograr mayores inversiones privadas se trata.
Aquí se esconde que lo que se potencia no es la mejora de nuestra economía, hacerla más sólida, más diversificada. Se está potenciando sólo la inversión privada orientada al extractivismo, en la que se ha basado nuestra economía desde hace décadas;es decir, extraer el recurso y venderlo directamente, sin realizar ningún valor agregado en nuestro territorio. Me pregunto, ¿porqué no se potencia el fomento de la inversión privada en industrias de valor agregado? Si tomamos en cuenta que las industrias extractivas no están dinamizando nuestra economía, no aportan al incremento de la población trabajadora y terminan limitando nuestro desarrollo, ¿por qué se sigue impulsando de esta forma? ¿Por qué en paralelo no se fomentan también otros rubros de nuestra economía?
Otro aspecto que se utiliza para justificar la eliminación de los EIA tiene que ver con que, según nos dicen, el impacto que ocasionan en los ecosistemas, plantas, animales y seres humanos no es significativo, no es grave, por lo que no es necesario realizar estos estudios. Desde este punto de vista, los EIA terminan siendo una traba para la promoción de la inversión; o para usar la frase del año, una traba para la promoción de la industria responsable que depende de la inversión.
En este punto me parece que el debate se centra en si esta metodología para la exploración de hidrocarburos tiene o no impactos negativos. No huelga indicar que muchas investigaciones científicas (4) han demostrado a nivel mundial los graves daños que producen a la fauna y flora que está expuesta a este proceso. En este sentido, rebatir la posición que niega los impactos debe incluir también la importancia que tiene la conservación de nuestra biodiversidad para el equilibrio ambiental, a partir del cual podemos fomentar nuestra economía, nuestras sociedades y nuestra cultura. En la actualidad, la industria farmacéutica y biomédica, la biotecnología o la innovación científica depende en gran medida de la biodiversidad. Varios estudios aseguran que el 40% de la economía mundial tiene como base la biodiversidad (5).
Debemos entonces evitar todo debate que se reduzca a estar o no en contra de la inversión privada, ser o no pro desarrollo. Esta forma de plantear el problema busca deslegitimar posturas críticas, que finalmente aportan a la construcción de un país con seguridad alimentaria, educativa, en salud, basado en una nueva matriz energética y ambientalmente sustentable.
Al usar el nombre del año parece ser que gran parte del gobierno se ha olvidado de la segunda frase, la que habla del ‘compromiso climático’; o más bien pueda ser que la frase realmente utilizada sea: Año de la Promoción de la Industria Irresponsable y del Compromiso con el deterioro ambiental.
Notas
(1) Al respecto, Isabel Calle de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) escribe un artículo reciente donde describe esta y otras medidas encaminadas al fomento de la inversión privada sin tener en cuenta las consecuencias al medio ambiente. http://www.actualidadambiental.pe/?p=21846.
(2) http://peru21.pe/economia/mem-exonerara-exploracion-petrolera-estudios-impacto-ambiental-2173021
(3) El ‘chorreo’ era una palabra que utilizó el ex presidente Alejandro Toledo para referirse a la redistribución del crecimiento económico del Perú. http://www.panamericana.pe/politica/12843
(5) http://www.fundacion-biodiversidad.es/habladebiodiversidad/pdf/que%20es%20la%20biodiversidad.pdf
Escrito por
Una publicación de la Asociación SER
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