La prensa y los diversos analistas no habían terminado de saludar la buena performance de gobierno y oposición en relación a la delegación de facultades, cuando de pronto surgieron las denuncias sobre el lento avance de las obras para los Juegos Panamericanos de 2019. Nos vemos de pronto en medio del anuncio de un pedido de interpelación al ministro de Educación Jaime Saavedra.
Desde que PPK dejara a Saavedra en el cargo, tanto Fuerza Popular como sus aliados del APRA no han perdido ocasión de expresar su rechazo. Lo hicieron sentir en la sesión del voto de investidura, logrando a partir de ello la remoción de algunos altos funcionarios que lo acompañaban desde su gestión anterior. Ello al parecer no ha sido suficiente para los defensores del statu quo universitario al que el gobierno anterior intentó poner fin con la creación de la SUNEDU.
Sí. Es claro que se trata en gran medida de los enemigos de la nueva ley universitaria que han encontrado la excusa necesaria para golpear a Saavedra, quien había conseguido una suerte de consenso en torno a su figura al combinar un buen manejo mediático con un discurso insistente sobre la eficiencia y la excelencia educativa. Se apunta al Ministro, pero lo que se quiere es bloquear la posibilidad de la reforma que tan decididamente este impulsara.
A esta voluntad -en la que de los ataques a la gestión se ha pasado incluso al pedido de renuncia- se ha sumado el ala más radical del magisterio, que ya venía realizando una serie de protestas y paros con fuerza en algunas regiones, con reclamos salariales y un creciente malestar ante la evidencia de que las promesas de mejora de la educación hechas por el presidente Kuczynski no se reflejan en el proyecto de ley de presupuesto 2017.
En Noticias SER consideramos que el gobierno de PPK no debe ceder al chantaje fujimorista que busca derogar la ley universitaria, previa interpelación y censura al ministro Saavedra. Ceder en ello sería franquearle el paso a menudos intereses privados para que sigan medrando del bolsillo de las familias peruanas con una pésima oferta educativa. Y debe hilar fino, pues a la vez conservar a su Ministro no significa desoir las necesidades de los docentes, que siguen siendo los parientes pobres de la educación peruana.
(Foto de portada: Agencia Andina)
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