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"Lo peor frente a la corrupción y el crimen organizado es la parálisis"

Una conversación con Cecilia Blondet, directora ejecutiva de Proética.

Publicado: 2014-04-24
El país se ha visto sacudido las últimas semanas por clamorosos casos de corrupción en distintos gobiernos regionales que en el caso de Ancash, involucran denuncias de asesinatos selectivos y sicariato que han colmado a la sociedad peruana. Cómo hemos llegado a esta situación y qué podemos hacer para revertirla son las interrogantes que, desde el asesinato del ex consejero regional de Ancash, Ezequiel Nolasco, la ciudadanía se viene haciendo. Para tratar de responderlas, Noticias SER conversó con Cecilia Blondet, historiadora, ex directora del Instituto de Estudios Peruanos y actual directora ejecutiva de Proética.

¿Por qué tantas denuncias de corrupción, que incluyen asesinatos, si existen mecanismos para evitarla y enfrentarla? ¿Es que acaso no funcionan?
La corrupción es un asunto complejo, toma tiempo instalarse y tambien tomará tiempo erradicarla. Para eso se requiere de una estrategia que atienda los problemas de los funcionarios públicos y que al mismo tiempo se dirija y motive a participar a una ciudadanía que ha venido estando apática y desconfiada porque piensa que no hay nada que se pueda hacer, que nada va a cambiar.
¿Cuál podría ser esa estrategia?
Supuestamente ya existe. Tenemos un Plan de acción Anticorrupción que ha preparado la Comisión Nacional Anticorrupción CAN, en el que se plantean las grandes acciones para combatir la corrupción. Pero el problema es que muy poca gente lo conoce. El plan busca la acción coordinada del Poder Judicial, el Ministerio Público, la Contraloría General, la Policía Nacional y la sociedad civil para luchar contra la corrupción. Lo que es complicado. Al mismo tiempo, se propone acciones concretas como la simplificación de trámites y procesos administrativos, la aplicación efectiva de los mecanismos de sanción a los funcionarios que cometen actos de corrupción, la activación de canales de denuncia, la acción eficiente de control, transparencia y rendición de cuentas, campañas de participación ciudadana entre muchas medidas importantes de acción, sanción y prevención anticorrupción.
Entonces, los mecanismos de control si existen pero hay una ciudadanía que no está interesada, ¿o es que están mal diseñados?
Yo creo que los mecanismos existen pero como decía mi amigo Nick Asheshov, en el Perú las leyes se hacen para que no se cumplan. Y es verdad, tenemos una legislación abundante pero la gente no respeta la ley ni la autoridad. En la última encuesta de Proética el 91% de peruanos dice que no respetan las leyes porque no pasa nada, o porque no es igual para todos. Ese es un tremendo problema, las leyes no se aplican, la gente las viola sin pudor y no pasa nada.
Por ejemplo…

El caso del transporte público es patético. Creo que no hay un transporte público más desaforado y sinverguenza que el peruano. Ojo que no digo solo Lima… en todas las grandes ciudades del país, aunque en Lima es peor, los choferes de micros, combis y taxis hacen lo que les da la gana y no pasa nada. Deben millones en papeletas, tienen centenas de atropellados en sus espaldas pero nadie se hace responsable. Hemos aguantado de manera pusilánime esta situación de desorden y descontrol hasta que parece que la situación llegó a un límite. Tuvo que haber casos extremos como el camión que se llevó de encuentro a 10 carros y mato a 9 personas, ademas de tantas otras muertes de omnibus en los barrancos para que la gente grite, reaccione y exija sanción. Pero no es fácil revertir esta situación que se ha hecho costumbre. Tanto la Municipalidad de Lima como el MTC están trabajando en imponer una reforma y regular el transporte público pero les está costando. Yo creo que en el fondo, hay un serio problema de autoridad. Nadie quiere aceptar la autoridad de otro, sea persona o institución. Cada quien quiere hacer lo que le da la gana, ser libre, independiente, lo que quiere decir tambien, sin asumir responsabilidades, ni compromisos. Y en cierta manera, la actual legislación que hoy están buscando modificar, por enredosa ha permitido este sistema: si una combi choca, la papeleta se la ponen al carro, no al chofer. La empresa dueña no se hace responsable porque alquiló el carro pero además las papeletas no se pagan y el chofer asesino queda libre, cambia de carro y sigue manejando/matando sin licencia de conducir y sin sanción. 

No pasa nada hasta que la sensación de impunidad estalla y la gente reacciona, que es lo que estamos viendo. Yo creo que entre las medidas mas importantes que se estan tomando en relación al tránsito, es hacer responsables de las multas y de las muertes a las empresas. Esto es posible por que se van a licitar las líneas y se va a cambiar la legislación para hacerlas responsables de sus carros y de lo que hagan sus choferes. A ver si logramos que los partidos políticos tambien se hagan responsables de sus congresistas, ese sería otro gran avance.

Esta inoperancia es porque no funciona el Estado y no hay institucionalidad. ¿Qué mecanismos habría que proponer para que la ley funcione?
Muchas de las instituciones del Estado se han acostumbrado a funcionar con coimas y sobornos y la presencia del crimen organizado es cada dia más evidente y peligrosa. El caso de Ancash es expresión de esto, y muestra tambien, como en el tránsito, la importancia de la reacción de la sociedad. Durante 7 años el presidente regional ha ido instalando una manera de gobernar arbitraria, autoritaria, chantajista, condicionando la acción de las autoridades y funcionarios a su voluntad e interes, comprando o amenazando a las autoridades para lograrlo. Y la gente, bien gracias. La gran mayoría no decía nada, unos por conveniencia y otros por miedo a las represalias. Pero se le fue la mano a las autoridades y ante tanto escándalo la parálisis se convirtió en reacción. La muerte de los candidatos y la impunidad ante los desmanes movilizó a los medios y a la ciudadanía al punto de haberle volteado el panorama a la mafia que ahora esta cercada. Instituciones que estaban dormidas o complices han tenido que reaccionar. Hoy hay 40 auditores de la CGR, nuevos fiscales y jueces, Los juicios archivados estan siendo desempolvados y los reflectores de los medios de comunicación estan iluminando una realidad de corrupción y de crímen organizado que actuaba impune. La acción ciudadana ha obligado al Contralor, al Ministerio Público y el Poder Judicial a actuar con medidas concretas. Habrá que ver qué sucede, no todo está dicho, pero lo interesante es que estamos viendo reacciones que hace muy poco eran impensadas.
Entonces, a pesar del panorama sombrío, la ciudadanía sí tiene una capacidad de reacción ante todo esto.
Yo creo que sí. Eso es lo positivo de esta situación tan desafortunada que está viviendo el pueblo de Ancash y que se repite en diferentes regiones. Creo que se está demostrando que sí se puede reaccionar y exigir una autoridad confiable. Estamos además en un momento ideal, vienen elecciones y todas las instituciones de la sociedad civil debieramos proponernos trabajar con el Jurado Nacional de Elecciones y la ONPE para machacar la importancia de elegir bien, para desnudar a los candidatos sinverguenzas que pretendan llegar al poder para apropiarse del botín municipal o regional y para imaginar que podemos tener una verdadera autoridad en las regiones y en los municipios.
¿Se puede ser optimista y pensar que esta demanda ciudadana logrará que la Fiscalía, el Ministerio Público reabran las investigaciones que se archivaron en el caso de Ancash?
Yo creo que habrá que ver y estar alertas. El caso de la Fiscalía es muy preocupante. El nuevo Fiscal de la Nación ha sido muy cuestionado y aun así, lo han elegido. De lo que se trata es, en tanto se ha activado la movilización ciudadana, que esta reacción no decaiga y más bien mantener un nivel de fiscalización que obligue al nuevo Fiscal de la nación a actuar como tiene que actuar y que rinda cuentas. Va a tener que rendir cuentas en la medida que hay mucha gente esperando resultados. La gran diferencia con la situación seis meses atrás es que no había una movilización social que obligara a las autoridades a tomar acción y a rendir cuentas sobre su desempeño.
Entonces, la clave es una ciudadanía activa.
Lo peor frente a la corrupción y el crimen organizado es la parálisis. Si la gente se sigue movilizando, no solo indignando, movilizando para exigir que las autoridades actúen, creo que vamos a ver cambios importantes. Ya hemos comenzado con las reformas del transporte y la intervención interinstitucional en el gobierno regional de Ancash. No hay que dejar que esta movilización se desvíe hacia la violencia o se vuelva a estancar. Las elecciones abren un nuevo escenario que no se debe desaprovechar.

Escrito por

noticiasser

Una publicación de la Asociación SER


Publicado en

El blog de Noticias SER

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