Hacia el momento constituyente del APRA
Por Alan Salinas Ramírez
El 7 de mayo, el APRA cumplió 90 años como movimiento continental. Ese día conmemoran los apristas su fundación en el anfiteatro de México en 1924. Ese día celebran, y recuerdan, diversos sucesos donde el APRA tuvo un rol protagónico en la historia política peruana. Sucesos que marcaron la identidad aprista como una identidad de sueños, frustraciones, triunfos y esperanzas. Eso es lo que representan estos 90 años. Reflexionar desapasionadamente sobre este viejo partido para mí es complicado. Pero vayamos en esa dirección.
¿Por qué en estos noventa años de existencia política sigue vigente socialmente el APRA? Explicarlo como el partido-militante ayuda poco a visibilizar el fenómeno social; abordémoslo, más bien, desde la relación de movimiento doctrinal-cultura política.
Actualmente percibimos que la crisis de los partidos es relevante dentro del análisis político por la pérdida de militantes debido a la burocratización de las decisiones, por la verticalidad en las organizaciones políticas, entre otros factores. Y no solo eso. A esto se le agrega el giro mayoritario de nuestra sociedad hacia un modelo de mercado. El modelo de Estado con el tiempo ha ido debilitándose entre los peruanos, pero no perdiendo importancia dentro del discurso político. Esto explica, en algo, la crisis actual de la relación partido-militante.
Pero por qué sigue vigente el APRA socialmente, habiendo este tipo de crisis de los partidos políticos. Una hipótesis es explicarla mediante la relación movimiento doctrinal-cultura política.
Durante los cincuenta y cinco años de vida que le concedió al APRA, Haya de la Torre -líder histórico del aprismo- otorgó un marco conceptual abierto de principios centrales que marcó el accionar del partido hasta el día de hoy. No un catecismo de verdades acabadas, sino un marco de análisis readaptados siempre a los cambios nacionales y mundiales. Eso fue y es el ‘anti-imperialismo constructivo’[1] como marco global para la acción política concreta. Los principios elementales para dicha acción estuvieron basados en la democracia política y social [2]. “Pan con libertad”, nos dice el cartel de la Casa del Pueblo.
A través del tiempo esto se demostró en la conquista permanente de la ciudadanía de sectores tradicionalmente excluidos del sistema político. La Constitución de 1979 es la máxima expresión de dichas luchas políticas y sociales, donde tuvo protagonismo Haya de la Torre y el APRA. En dicho documento se estableció por primera vez, luego de un siglo y medio de fundada la república, el voto universal, la gratuidad de la enseñanza, los derechos laborales y sociales para los trabajadores, entre otros temas.
Por otro lado, esta vigencia social se puede explicar de manera breve también por el ejemplo de vida de su líder fundador, tal como lo explica el ex presidente Alan García en su libro “90 años de aprismo [3]”. La inmensa mayoría de peruanos y peruanas, así como políticos de la extrema izquierda y la derecha, reconocen esa trayectoria de vida de Haya de la Torre y de las ideas que aportó al proyecto republicano en nuestro país [4].
Cabe resaltar que Haya de la Torre vivía de lo que escribía. La casa que tenía en Villa Mercedes fue un regalo de su tía. En la Casa del Pueblo, su segunda casa, enseñaba siempre en la Aula Magna. Como presidente de la Asamblea Constituyente cobró simbólicamente la suma de un nuevo sol. Murió pobre.
En otras palabras, las conquistas políticas y sociales expresadas en la Constitución de 1979, las ideas de justicia social en democracia, así como el ejemplo de vida del líder fundador del APRA, nos ayudan brevemente a explicar la vigencia social del APRA como movimiento doctrinal.
Dicha vigencia precisa de un momento constituyente para darle más sostenibilidad en el tiempo al aprismo como organización política. Si bien doctrinalmente han dejado las cuatro paredes de la Casa del Pueblo, precisan de una ruptura con las viejas prácticas políticas al interior de ella. La revolución de las telecomunicaciones y la globalización ha generado que la sociedad vaya en dirección hacia la transparencia y la juventud. Dos elementos centrales que ayudan a la ruptura con las viejas prácticas y la burocratización partidaria.
Asimismo, dicho momento constituyente precisa de que la juventud abra su trabajo político y social hacia otras organizaciones independientes, saliendo de las cuatro paredes de la Casa del Pueblo. Mirando y trabajando desde las organizaciones al partido político, y no al revés. Que levanten banderas de su tiempo, como son la igualdad de derechos entre las personas, más allá de su opción sexual y otras libertades civiles y políticas (como lo vienen haciendo).
Finalmente, seguir levantando una bandera importante para la juventud y para muchos peruanos que exigen del APRA: La moralidad. Claro está, sin caer en el juego sucio de sus enemigos históricos. Por algunos elementos negativos del aprismo, no se puede manchar la imagen de este movimiento político.
Así, manifestado todos estos elementos para el momento constituyente del APRA como organización política, rindo homenaje a este movimiento político que nació hace 90 años.
Notas:
1. Haya de la Torre en “El Anti-imperialismo y el APRA” sostuvo que el anti-imperialismo constructivo plantea una comprensión de la dinámica del capitalismo mundial. Que si bien el capitalismo tiene un aspecto negativo (colonialista y militar), también tiene un aspecto positivo como son las inversiones y la tecnología para el desarrollo de los pueblos. Ante eso, su instrumento central fue el “Estado Anti-imperialista” para que en igualdad de condiciones se trate con el capital extranjero. Vale decir, el poder político con el poder económico en igualdad de condiciones.
2. Haya de la Torre, Victor Raúl. “El Gran Desafío de la Democracia, 1945”. En Pensadores de la República. Ideas y propuestas vigentes para el Perú del siglo XXI. CEPLAN. Junio, 2011.
3. García Pérez, Alan. “90 años de aprismo. Hay, hermanos, muchísimo qué hacer”. Editorial Titanium. Perú. 2013. Pág. 28.
4. Para mayor detalle, véase el artículo “Haya Republicano”.Escrito por
Una publicación de la Asociación SER
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