#ElPerúQueQueremos

El dilema electoral de Cajamarca: Cambio o continuidad

Por: Teresa Santillán y Ronald Ordoñez

Publicado: 2014-09-05

Ha iniciado la cuenta regresiva que determinará quiénes serán nuestras nuevas autoridades. En Cajamarca, nuestro próximo presidente regional tendrá bajo su responsabilidad la transferencia de un gobierno regional revestido de indicios, presunciones y señales de corrupción. Se está, pues, frente a una situación poco alentadora que ofrece solo dos salidas: una reestructuración o la continuación del ya modelo ya conocido. 

Absalón Vásquez Villanueva, del Movimiento Regional Cajamarca Siempre Verde; Javier Bobadilla Leiva, del Frente Regional de Cajamarca; Gregorio Santos Guerrero, del Movimiento de Afirmación Social; Rosa Florián Cedrón, del Movimiento Independiente Diálogo Social; Jesús Coronel Salirrosas, de Fuerza Social Cajamarca; Gonzalo Idrogo Escobar del partido político Alianza para el Progreso; Osías Ramírez Gamarra, de Fuerza Popular, y Felipe Pita Gatelumendi, del Partido Aprista Peruano, son los contendores que participarán este 5 octubre en las elecciones regionales.

De los ocho candidatos, seis pertenecen a movimientos regionales, lo que demuestra la poca institucionalidad de los partidos políticos en el interior del Perú y también el limitado interés de éstos por participar en el proceso electoral, disgregando su apoyo en las organizaciones regionales que pueden haber cobrado vida pocos meses antes de las inscripciones oficiales en el Jurado Nacional de Elecciones (JNE). Esta realidad en principio puede ocasionar que en los gobiernos regionales y locales, problemas como la corrupción sean una constante y que cada vez más tengamos autoridades procesadas y sentenciadas.

Es preciso tomar como referencia algunos datos de las elecciones municipales y regionales del año 2010: En ese entonces, fueron 10 los candidatos; Absalón Vásquez no recibió el visto bueno del JNE; Javier Bobadilla, quien participó con la misma agrupación política que representa esta vez, obtuvo el 12% de los votos válidos, cifra que espera superar en esta nueva ocasión; Felipe Pita, otra cara conocida que nuevamente desea llegar al sillón regional, logró un 8%, y en esta oportunidad postula con el APRA. Los problemas internos del partido y el escaso despliegue de propaganda electoral hasta el momento, no auguran, sin embargo, un buen desempeño al partido de la estrella en la región.

Jesús Coronel, otro ex presidente regional, también ingresa al ruedo con Fuerza Social. Luego de que en el 2010 decidiera no postular a la reelección, para tentar más bien el Congreso de la República, cedió el espacio a su esposa, Beltina Gonzales, quién obtuvo el 12% de votos válidos. El escenario político de Cajamarca, en el que la discusión se centra en el aporte de la actividad minera, por un lado, y en el impulso a actividades tradicionales, por el otro, no parecen darle cabida a Coronel, quien presenta una opción de centro. No cabe duda de que Fuerza Social ha desaprovechado una oportunidad clara de fortalecer su presencia regional, luego de que obtuviera la mayoría de alcaldías provinciales. Alianza Para el Progreso tampoco quiere dejar de competir y presenta nuevamente candidato en estas elecciones, aunque se trata de una cara muy poco conocida. En el 2010, APP obtuvo el 6% de los votos. Finalmente, Gregorio Santos intentará desde la prisión preventiva, un segundo periodo de gobierno, también con el MAS.

El probable escenario: De izquierda a derecha

Conociendo la percepción de la población, es prácticamente seguro que en Cajamarca tendremos una segunda vuelta, a la que ingresarían Osías Ramírez, Gregorio Santos o Absalón Vásquez. Es decir, se decidirá entra continuar con un gobierno de izquierda o tener un giro radical del timón para dar paso a un gobernante de derecha.

Luego de haber tenido una gestión regional de izquierda, representada por Gregorio Santos, en estas elecciones, la ansiada reelección del MAS no podría concretarse. No cabe duda de que el conflicto por el proyecto Conga le ha valido a Santos fortalecer su imagen en las provincias de la región, pero los indicios de corrupción desde Proregión, las críticas a la gestión propia y la sentencia a 14 meses de prisión preventiva han hecho un notable daño a la campaña reeleccionista. Por ahora, Porfirio Medina, el candidato a la vicepresidencia por el MAS, no tiene el manejo ni la experiencia política que Santos le podía dar a la campaña, por lo que el discurso de la izquierda termina diluyéndose en algunos sectores de Cajamarca. César Aliaga, por su parte, está limitando notablemente su participación en la campaña, quizá porque ejerce ahora la presidencia regional o porque quiere estar al margen de las denuncias a Santos y sus allegados. No obstante, como sucedió ya en el año 2010, él es la persona que le podría dar un nuevo enfoque al proceso electoral, por la llegada que tiene a otros sectores que mantienen su voto en duda.

El MAS tiene la opción de manejar favorablemente la detención de Santos, pero por el momento no lo está haciendo. Por el contrario, conforme se acercan las elecciones, los otros candidatos van percibiendo que también pueden valerse de esta situación para obtener algunos votos. Desde el MAS, por ahora se está apelando al discurso de la persecución política. Trátese o no de tal, la prisión preventiva de Santos, al momento, lo está manteniendo en un lugar cada vez más expectante en las encuestas. Sin embargo, esta coyuntura no asegura un incremento en la votación de la población electoral, que sí podría darse, si el MAS empezara a redefinir sus estrategias.

No olvidemos que en el MAS, así como en otros movimiento o partidos políticos, se peca de caudillismo. En ese sentido, ¿hasta dónde podrá aguantar una campaña sin Santos? ¿Cuán determinante puede ser la recopilación de pruebas contra él, en su candidatura?

De otro lado, dos candidatos de la derecha compiten por el poder: Osías Ramírez y Absalón Vásquez están haciendo un total derroche de dinero en su campaña, centrando su trabajo en el campo y en las provincias. La situación de Santos, las críticas a la gestión regional, la recesión económica en la provincia de Cajamarca e incluso las propuestas que puedan hacer en cuanto al cuidado de los recursos naturales son algunos aspectos que estos dos candidatos vienen trabajando.

Así, tenemos a Osías Ramírez, hermano del actual congresista Joaquín Ramírez, como un nuevo rostro político y autoproclamado candidato de la juventud. Ha demostrado su poca experiencia política, que no le permite tener propuestas claras, y su discurso resulta ser la repetición de obras que haría en la región, pero sin el menor análisis de su pertinencia. El ataque frontal de su Partido al gobierno de Santos ha sido notable. Críticas a la infraestructura y los servicios de salud del hospital regional, así como declaraciones en torno a promesas no cumplidas, son sólo algunos de los puntos que ha logrado aprovechar para dar impulso a su campaña, lo mismo que un uso impresionante de dinero, basado en una estrategia populista, al fiel estilo fujimorista. Para seguir ganando votos, también aprovecha su cargo de presidente en el club de fútbol UTC.

Absalón Vásquez, por su parte, está llevando a cabo una campaña silenciosa, y esta decisión de mantener un perfil bajo responde quizá a la polarización de las opiniones de la población respecto de las actividades mineras. De este modo, hasta el momento no se ha pronunciado sobre el conflicto Conga, la inversión privada y los problemas ambientales, pues estos temas no vienen siendo puntos determinantes en su discurso. Aprovechando su experiencia en temas agrarios, viene desarrollando, más bien, una propuesta para la cosecha del agua. Tal parece, pues, que la pérdida de uno, aseguraría, en una segunda vuelta, la victoria del segundo o viceversa.

Los márgenes de diferencia entre los candidatos no son grandes y en estas semanas previas a las elecciones seguramente se perfilará el nuevo gobernante. Entramos a la recta final, en la que resultará decisivo lo que los candidatos puedan mostrar. Asimismo, es necesario indicar que se acentúa una fuerte tendencia a anular o dejar en blanco el voto, quizá porque la población ha perdido la confianza en sus autoridades.


Escrito por

noticiasser

Una publicación de la Asociación SER


Publicado en

El blog de Noticias SER

Otro sitio más de Lamula.pe