¡Urresti debe irse!
Editorial Noticias SER
Desde hace varios años, una de las principales preocupaciones de la ciudadanía es la falta de seguridad a todo nivel, a lo largo y ancho del país. La expansión de la delincuencia callejera, el crimen organizado, el narcotráfico y otras actividades económicas ilegales, así como de las diversas formas de violencia que las acompañan genera malestar entre personas que no ven respuestas eficientes del Estado.
Por el contrario, somos testigos, cada día, de nuevas denuncias contra jueces, fiscales, policías, funcionarios y autoridades que, en vez de luchar contra el crimen y la delincuencia, se ven comprometidos o forman parte de bandas o mafias que, poco a poco, han ido penetrando en la estructura del Estado. Todo eso aumenta la sensación de desprotección de una ciudadanía indefensa, y, frente a la inacción, apatía y complicidad estatal, más de una región opta por defenderse con sus propios medios.
Es en este contexto que el gobierno del presidente Ollanta Humala, buscando recuperar la popularidad pérdida, nombró como ministro del Interior al general Daniel Urresti, quien en los cien días que lleva ejerciendo el cargo, ha venido apareciendo todos los días en las primeras planas de los medios, dirigiendo diversos operativos policiales o haciendo grandilocuentes anuncios -no siempre ciertos- sobre la efectividad de su lucha contra la delincuencia.
El problema es que Urresti cuenta con el total respaldo del Presidente, a quien, al parecer, poco le importan las mentiras de su ministro, y un importante sector de la ciudadanía parece haber sido seducida por los golpes de efecto del militar en retiro. Pero conforme avanzan los días y las semanas, se constata que, en realidad, la gestión del titular del Interior no es más que un enorme bluff mediático que difícilmente se podrá sostener por mucho tiempo más, sobre todo porque a pesar de los trucos estadísticos, la inseguridad sigue creciendo. A este hecho se agrega el manejo del reciente conflicto de La Convención, que ha dejado el saldo de dos muertos, uno por las balas de la policía y otro en un confuso incidente, en el que perdió la vida el alcalde de Kepashiato.
Por ello, en Noticias SER seguimos creyendo que fueron pésimas decisiones del presidente Humala nombrar a Urresti ministro del Interior, luego de su supuestamente exitosa lucha contra la minería ilegal en Madre de Dios, y mantenerlo en el cargo, luego de que se conociera que venía siendo procesado por el asesinato del periodista Hugo Bustíos, en Huanta. Más aún, creemos que luego de las contradicciones y falsedades en las que ha caído en las últimas semanas, y de los incidentes de La Convención, lo correcto es que el ministro se vaya a su casa.
Escrito por
Una publicación de la Asociación SER
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