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Publicado: 2015-06-04
Hace algunas semanas, el Primer Ministro de China, Li Keqiang, anunció el inicio del estudio de viabilidad del proyecto ferroviario interoceánico que unirá Perú, Brasil y China, para facilitar el intercambio comercial entre estos dos últimos países. Esta propuesta ha generado alerta en algunos sectores de nuestro país, por los altos impactos sociales y ambientales que podría generar la construcción de este proyecto ferroviario, y por la falta de información con respecto a los beneficios que podría traer este al Perú. Al respecto, Noticias SER conversó con Marc Dourojeanni, Profesor Emérito de la Universidad Nacional Agraria de La Molina, quien actualmente radica en Brasil.
- ¿Le parece una buena idea la construcción del ferrocarril interoceánico que unirá Perú, Brasil y China?
- Me parecía una excelente idea, antes de que se construyera la carretera interoceánica sur, antes de que se hiciera la bimodal norte y la interoceánica central. Normalmente las ferrovías tienen la ventaja de hacer menos daño ambiental que las carreteras. Entonces, se hace una u otra. Creo que no tiene mucho sentido hacer las dos, que es lo que está siendo propuesto, y esto va a generar un doble impacto ambiental.
- ¿Hay claridad en las autoridades y en la población con respecto a los beneficios o perjuicios que va a generar?
- No la hay. En el ministerio de Transportes se registraban, hasta hace poco, cinco proyectos de ferrovías interoceánicas y súbitamente aparece esta, que es una sexta, que se parece a algunas de las cinco anteriores, que iban por el sur. Pero no son iguales: Atraviesa por Bolivia y tiene varios cambios. Entonces, no hay ninguna claridad y, de otra parte, es lamentable que este ferrocarril interoceánico no se consulte con nadie. Es una decisión que toma el gobierno sin consultar a las poblaciones afectadas, sin consultar al pueblo que va a pagar, y sin ofrecer ninguna explicación de los beneficios. Lo único que ha sido claramente dicho es que es muy útil para que el Brasil pueda exportar productos hacia el oriente, hacia China, Corea, pero no se ha dicho bien por qué va a ser útil para el Perú.
- ¿Se podría decir que este proyecto ferroviario está planteado más en términos de los intereses de China y de Brasil?
- Esencialmente de los dos, pero más de Brasil. Las ventajas para el Perú no se han explicado, porque los impactos ambientales y sociales van a estar aquí, y no sé qué vamos a exportar al Brasil para justificar un ferrocarril, además de las carreteras interoceánicas, que también fueron construidas con el pretexto de favorecer las relaciones comerciales con el Brasil.
- ¿Entonces, el territorio peruano estaría siendo considerado un mero espacio que se debe atravesar para facilitar el intercambio comercial entre China y Brasil?
- Sí, aunque imagino que hay alguna ventaja para el Perú, pero los beneficios esencialmente son para Brasil y China, no hay duda alguna.
- En caso de construirse el ferrocarril interoceánico, ¿el Perú está en la capacidad de realizar una adecuada vigilancia en temas ambientales e indígenas, porque se atravesará territorios diversos y zonas protegidas?
- Es una cuestión de voluntad, pero hasta ahora no se ha mostrado esa voluntad en ninguna obra o proyecto que se haya hecho, porque en todas éstas se han hecho grandes estudios de impacto ambiental, pero después no se ha aplicado nada en el campo, como en el caso de la interoceánica sur, que me ha tocado evaluar, donde el estudio fue hecho de forma tardía, pero nada de lo que el estudio dice que debe hacerse en términos ambientales y sociales, se ha cumplido. Es posible que con la ferrovía pase lo mismo, pero de que técnicamente es posible, claro que sí. Yo empecé diciendo que técnica y ambientalmente un ferrocarril es menos dañino que una carretera, si es que está bien hecho y si se controla las estaciones. La ventaja del ferrocarril es que la gente puede bajar solo en las estaciones. No llega a cualquier lugar, el control es más fácil, pero necesita más control. Ahora, ¿el Perú puede controlar? Yo diría que sí. El Perú podría si quisiese, pero hasta ahora, nunca lo ha hecho. Por ejemplo, en el caso de la carretera interoceánica, lo peor que ha dejado para el Perú es la minería ilegal en Madre de Dios. Eso es gracias a la interoceánica.
- Tomando en cuenta la forma como actúa el Estado peruano en torno a algunos proyectos mineros, ¿cree que ante un probable desarrollo del proyecto ferroviario, surgirían grandes conflictos sociales?
- Con certeza absoluta. Eso va a ser por toda la línea del tren, porque habrá problemas sociales y ambientales, y como aún no se sabe por dónde pasará, no se puede predecir, exactamente. Porque lo lógico sería que si se hace un ferrocarril, éste debería seguir la carretera existente, en este caso la interoceánica sur, y obviamente no va a hacer mucho daño, porque el daño ya está hecho, ya han pelado la selva totalmente. Pero si pasa y se mete en tierra indígena o en los parques o en bosques naturales, para cortar camino, ahí surgirán problemas tremendos.
- En este escenario, ¿qué le queda hacer a la sociedad civil?
- La sociedad civil tiene que ponerse dura, y el país debe hacer planes de desarrollo y declaraciones de principios que se discutan con la sociedad y que se respeten, de gobierno a gobierno. Lamentablemente el Perú no tiene una planificación del desarrollo y mucho menos la región amazónica, entonces es una de las cosas en las que hay que insistir. Y, claro, exigir que se explique cómo se va a hacer esa famosa ferrovía, quién va a pagar, discutir cada detalle, porque es fundamental hacerlo y evitar que la ferrovía pase por tierra indígena, por parques, y exigir que pase por donde ya fue deforestado.
