La ciudad de Juliaca ha sido protagonista, en los últimos meses, de eventos violentos, en los que la población capturó a delincuentes que venían cometiendo fechorías. Sin embargo, estos no necesariamente han sido respuesta a la campaña “Chapa tu choro y déjalo paralítico”, que hoy en día se extiende preocupantemente, sobre todo a través de las redes sociales. Los linchamientos o ajusticiamientos ocurridos en esta localidad no han sido sucesos aislados. 

El coordinador del módulo de la Defensoría del Pueblo de la provincia de San Román, Jacinto Ticona, considera que la población está recurriendo, de manera reiterada, a la violencia “Hubo algunos casos de asesinato porque el linchamiento llegó a su extremo más violento, que es la muerte. En otras ocasiones los delincuentes han sido azotados y amenazados con ser quemados, en caso de reincidir”, explicó.

Así mismo, el funcionario dijo que existe una preocupación creciente, a raíz de que se ha perdido la credibilidad en la Policía, el ministerio Público y el Poder Judicial, entre otros. “El tema es cómo estas entidades pueden revertir esa desconfianza, porque la gente dice: para qué lo entrego, si lo van a soltar. Debe haber otras causas, pero esto de la falta de confianza es uno de los elementos”, explicó.

En tal sentido, comentó que el Comité Provincial de Seguridad Ciudadana de San Román ha propuesto afrontar el tema colectivamente, con la participación de representantes de la sociedad civil. “Se ha incorporado a las organizaciones de las cuatro zonas de la ciudad, juntas vecinales y rondas urbanas, a fin de que tengan voz y planteen alternativas de cómo salir de esta situación, que está creciendo”, abundó.

Más caos

El presidente de la Corte Superior de Justicia de Puno (CJSP), Hernán Layme Yépez, estima que la campaña “Chapa tu choro y déjalo paralítico” generará más violencia entre los peruanos, lo que hará que la ciudadanía desconfíe aún más de las instituciones del Estado, pues es una iniciativa que generará más caos. Por otro lado, el magistrado reiteró que este tipo de prácticas no tienen origen en los pueblos aymaras ni quechuas como se ha pretendido hacer creer, ya que para el mundo andino lo más importante es la vida.

Las rondas campesinas respetan los derechos humanos

En esa misma línea, el presidente de las rondas campesinas de Corani, Jorge Calcina, aclaró que cuando estos grupos de vigilancia capturan a un delincuente, lo primero que hacen es convocar a los familiares y vecinos del malhechor para conocer si es o no la primera vez que incurre en la falta. “Lo que queremos es conocer sus antecedentes, porque pudo actuar por necesidad o por falta de trabajo. Todo eso analizamos. Hacemos un llamamiento a las partes y llegamos a un acuerdo. Y no solo actuamos el presidente o la junta directiva de la ronda, sino todos los moradores”, subrayó.

Calcina hizo hincapié en que las rondas campesinas respetan los derechos humanos de las personas y buscan cumplir un rol reeducador. “Reitero: De repente ese hermano ha cometido, por ejemplo, un robo, por necesidad, por falta de economía. Le damos un plazo de 60 ó 90 días para ponerlo a prueba y ver si se corrige o no”, finalizó.