Humala: El final puede ser peor
Editorial de Noticias SER
Mientras el gobierno del presidente Humala continua a la deriva, tomando decisiones equivocadas -como la destitución de la procuradora de lavado de activos, Julia Príncipe-, un sector de la oposición liderado por el aprismo y el fujimorismo buscan aparecer como los adalides de la lucha contra la corrupción, y alzan la voz en tono amenazante contra un gobierno acorralado y sin capacidad de respuesta política.
Una característica de esta crisis, a diferencia de otras vividas en gobiernos pasados, es que las partes en conflicto parecieran no tener disposición alguna a llegar a algún acuerdo o tregua política, que sería lo más lógico, tratándose de un gobierno al que solo le faltan nueve meses para concluir su mandato. Y al no haber tregua posible, las menciones a una eventual vacancia presidencial cada vez son más frecuentes, aunque la medida solo serviría para una breve transición.
Es bueno reconocer que la intransigencia no solo ha estado del lado de la oposición, ya que el gobierno ha hecho sus propios méritos para terminar en el escenario que describimos. Su aislamiento progresivo, su renuncia a ejercer realmente el poder, su sometimiento a los mandatos y presiones de sectores empresariales han mellado duramente la imagen presidencial, hasta convertirla en una suerte de sombra que habita Palacio de Gobierno.
Lo más paradójico de la crisis política que vivimos es que ambas partes, en buena medida, coinciden en su defensa del modelo económico; en la cerrada defensa de las grandes inversiones privadas, sin importar el costo social o ambiental de las mismas. Asimismo, parecen estar de acuerdo en el manejo privado de la cosa pública, así como en la falta total de transparencia de sus finanzas partidarias. Por ello rechazan la imprescindible y necesaria reforma política. En pocas palabras, los Humala, los Fujimori y Garcia son más o menos, lo mismo.
En Noticias SER consideramos que más allá del desenlace que pueda tener la permanente crisis política del gobierno de Humala, lo más importante es que la ciudadanía se dé cuenta de que muchos de los que alzan su voz contra la impericia y acusan con el dedo a un gobierno incapaz, no son más que los corruptos de ayer, que lo único que buscan es volver a medrar del poder.